PROTOCOLO PREVIO A UN TRATAMIENTO CORPORAL
Estamos en las puertas de la operación bikini y con ella la demanda de tratamientos corporales aumenta exponencialmente en nuestros centros.
La variedad de tratamientos que realizamos en nuestro centro cada vez es mayor y variada y ellos nos proporciona las herramientas necesarias para la obtención de resultados.
Pero hay veces que nos perdemos en esa vorágine de trabajo y nos olvidamos de unos pasos previos tan necesarios e importantes como la correcta realización del tratamiento.
Por supuesto no podemos olvidarnos de la realización del diagnóstico previo, recordar que trabajamos sobre personas y cada una es única y por ello necesita un tratamiento específico para sus necesidades.
La ficha de diagnóstico es una buena herramienta que no solo nos va a ayudar a la hora de la realización, sino que también nos va a resultar de un soporte informativo, no somos ordenadores que podemos memorizar toda la información que nos aportan es por ello que la debemos de aportar.
¿Cuál es la información que debo de anotar? Pues desde las necesidades y demandas del cliente, cuál es su objetivo, que alteraciones estéticas presenta, tratamiento que se le recomienda, cremas para casa, …
No debemos de olvidar que estamos en un tratamiento corporal y todos los datos corporales son importantes no solo para el diagnóstico sino para la valoración del seguimiento del tratamiento. ¿Cómo sabemos si se está realizando correctamente? ¿O si se están obteniendo los resultados esperados? Si no tenemos los datos de como empezamos.
El peso, así como el IMC es importante, tenemos varios modos de saberlo ya que hoy en día con los medidores de bioimpedancia nos sale el dato automáticamente, pero si no su fórmula es muy sencilla ( ) también disponemos de aplicaciones móviles que nos la calculan fácilmente.
El plicómetro graso, conocer la cantidad de grasa, así como donde está localizada en el área nos ayuda a detectar donde debemos de realizar un trabajo reductor más específico y valorar si está dando resultado a reducir su volumen.
Las medidas, es muy importante realizar una medición correcta y precisa, no podemos tomar como referencia la mitad de la pierna o por debajo del ombligo. A ser posible, con el mismo metro siempre, debemos de señalizar el punto exacto donde medimos y para ello tomar un punto fijo de referencia como puede ser, 3cm debajo del obligo, 80cm del suelo. La posición debe de ser la correcta, así como la colocación de la persona.
Las fotografías del área, no es necesario fotografiar el cuerpo entero si voy a tratar los brazos, debemos centrarnos en el área que nos interesa, se debe de fotografiar desde la misma distancia, en la misma ubicación, con una buena iluminación y si lo conseguimos con la misma ropa o que sea muy similar.
Toda esta información la adjuntaremos a la ficha de seguimiento y la guardaremos ya sea digitalizada o en un archivador para no extraviarla nunca, cada seguimiento sacaremos la información y anotaremos la actual para poder valorar la evolución.
Y, por último, pero de suma importancia, la firma del consentimiento o consentimientos, no podemos empezar ningún tratamiento si previamente no se ha firmado y entendido.
Parece mucho trabajo, pero sin estos pasos previos tan sencillos no podremos estar seguros de la evolución y efectividad de nuestros tratamientos, nos aportaran información y nos ayudaran a ser unas superesteticistas.